EL ENÉSIMO FRACASO DE LA ERA ORTIZ

En primer lugar queremos darte la bienvenida a éste espacio herculano, de herculan@s para herculan@s: el blog de la Asociación de Aficionados Unidad Herculana.

Sabemos que hemos estado algo apagados durante la presente temporada, que hemos hecho mucho menos ruido del que hicimos cuando comenzamos a andar en diciembre de 2019. Los motivos son obvios, la pandemia global por Covid19 nos frenó en seco, de igual modo como paralizó todo. Esto ni de lejos quiere decir que no hayamos seguido activos, pues con las limitaciones existentes nos hemos movilizado y hemos conseguido sacar adelante alguna que otra acción.

Con el paso de los meses, parecía que gracias a éstas acciones sumadas a las movilizaciones de otros colectivos herculanos, como Asociación Herculanos, el rumbo del club daba un giro con una promesa de profesionalizar la entidad.

Tras años de esconderse tras la sombra de Juan Carlos Ramírez y no dar la cara, el máximo accionista del Hércules de Alicante CF S.A.D. se debió sentir incómodo ante las movilizaciones, tanto que primeramente hizo, a través del expresidente Quique Hernández, un falso anuncio de venta de la propiedad. Anuncio que, como de costumbre con todo lo que promete Enrique Ortiz Selfa, quedó en una simple bomba de humo. Lo que suponemos que derivó meses después en la dimisión de Quique, al que de nuevo engañaron y lo pusieron de escudo humano. El club entonces quedó huérfano de presidente y así sigue hasta día de hoy.

Cuando se confirmó que el Hércules se salvaba del descenso a Tercera División por primera vez en los 98 años de historia del club, gracias al Covid19, comenzó lo que parecía un cambio de rumbo hacia la profesionalización. Enrique Ortiz hasta se dio una ronda por los medios para anunciarlo y dejar claro que no se iba, incluso se permitió el lujo de dirigirse a los sectores de la afición movilizados en su contra para llamarnos “4 locos y un tambor”.

Tras meses de negociaciones se firmó a Carmelo Del Pozo como director deportivo, dándole plenos poderes para configurar la plantilla y con la promesa de recuperar el campo de entrenamiento de Fontcalent, algo indispensable para que las cosas funcionen. Del Pozo parecía traer la profesionalización en el área deportiva y la base para la profesionalización en otras áreas clave.

Para no extendernos en éstas líneas, avanzaremos a día de hoy, 16 de marzo de 2021. Dos días después de la dolorosa derrota en el Rico Pérez ante el Atlético Levante por 0-1 que deja al Hércules sin opciones matemáticas de alcanzar al menos la tercera posición que daba acceso a la futura 1ª RFEF, lo que significa mantenerse en 2ªB y poder pelear el ascenso a 2ª División. Ahora tendremos que buscar 2 plazas en una liguilla de 7 equipos para acceder a 1ª RFEF, de lo contrario, un año después, se habrá consumado el descenso a la cuarta categoría del fútbol español.

Pero analicemos bien ésta situación.

En primer lugar de éste análisis y para no ser ventajistas, es cierto que el responsable del fracaso deportivo es Carmelo Del Pozo, pero es que éste se suma a una larga lista de directores deportivos que han fracasado en la era Ortiz, es decir, en más de 2 décadas.

¿De verdad vamos a ser una afición tan simple como para no ver lo que de verdad ocurre?

Durante éste año el equipo no ha hecho más que reflejar lo que ocurre a nivel interno en nuestro Hércules. Un club sin ambición, sin estructura y sin compromiso por sacar a un emblema de la ciudad y la provincia de Alicante, una entidad casi centenaria, de la tercera categoría.

Con la llegada de Carmelo parecía que el Hércules daba un giro radical hacia la profesionalización en todos los ámbitos, incluyendo la cantera. Sin embargo, a día de hoy vemos como tanto el primer equipo, como el filial y el Juvenil DH tendrán que pelear por evitar el descenso.

Un club que ha disputado 20 temporadas en Primera División y 43 en Segunda, por tanto un club histórico, no posee instalaciones propias, ni siquiera el campo de entrenamiento que se le prometió a Carmelo, pasando a convertirse en un cadáver de aquel club que era un orgullo para nuestros padres y abuelos, con jugadores de la talla de Kempes, Saccardi o Baena, entre muchos.

En los últimos 22 años en que el Hércules ha estado bajo la gestión de Enrique Ortiz Selfa, sólo 1 temporada (2010/11) el club ha militado en Primera. Un ascenso no olvidemos manchado por la sospecha, y una temporada en la máxima categoría llena de vergüenzas y escándalos. Además de lo deportivo, sumamos el seguir con una deuda con Hacienda millonaria, pasando por tres concursos de acreedores y sin estadio en propiedad.

¿Qué necesita Enrique Ortiz y su familia para darse cuenta de la nefasta gestión realizada? Si no le gusta el fútbol, y además no sabe cómo gestionar un club de fútbol, ¿qué sentido tiene seguir?

Queda una segunda fase para luchar por entrar en la 1ª RFEF o la 2ªB de toda la vida, solo los jugadores pueden sacar esto adelante. Y les debemos apoyar sin duda, ellos tienen todo nuestro apoyo.

Pero debemos saber diferenciar una cosa de otra, pues el verdadero problema todos sabemos dónde está. No podemos quedarnos de brazos cruzados y dejar morir al Hércules. O la masa social se moviliza o este club se verá abocado al desastre.

En las buenas y en las malas, siempre ¡MACHO HÉRCULES!

CONTRA LA GESTIÓN, CON EL ESCUDO